viernes, 28 de febrero de 2025

UNA RARA ESPECIE

 

Gabriel Trujillo Muñoz

 

El contrabandista, después de subir las escaleras en caracol, puso en las manos del rey, un coleccionista de animales exóticos, la jaula cubierta.

Estaban en el torreón más alto de un castillo venido a menos, que se desmoronaba a plena luz del día, donde escaseaba el mobiliario y los cortinajes se mostraban apolillados.

“Lo único valioso aquí es la vista”, pensó mirando hacia la costa cercana, que en ese instante los rayos del sol acariciaban mientras iban retirándose.

A la entrada del castillo ni siquiera había guardias custodiando al monarca, cuyo reino abarcaba a lo más unos cuantos kilómetros cuadrados a corta distancia de Venecia.

Lo único que quedaba de sus antiguas posesiones era un zoológico.

Por lo que había visto al entrar, en sus jaulas se mantenían aún con vida una jirafa famélica, un león viejo y un tigre ciego.

—¿Qué rara especie me traes ahora? —preguntó el aristócrata.

El contrabandista le señaló la jaula.

—No quiero echársela a perder, su señoría. Véala por usted mismo.

El rey le quitó la lona y frunció el ceño: la jaula estaba vacía.

—¿Qué broma es ésta?

El contrabandista abrió la puerta de la jaula y le indicó que metiera la mano.

—Este que atrapamos es un mono transparente, señor. Tóquelo y verá.

El rey obedeció con reticencia, pero metió la mano.

Enseguida sintió el suave pelaje de un animal.

Su respiración agitada.

—¡Es asombroso! —exclamó.

Ahora acarició el rostro del mono que parecía gesticular.

Con la otra mano le entregó al contrabandista una bolsa de cuero.

El hombre sopesó su contenido y se percató que estaba siendo estafado.

La abrió y miró las monedas.

La mitad eran falsas.

El rey, por su parte, ya se veía mostrando su nueva adquisición en el baile de carnaval.

Pensaba que iba a ser de nuevo el centro de atención.

—Desde luego que es asombroso —dijo el contrabandista— y más si, como dicen los nativos de la Amazonia, esta especie de mono es antropófaga.

El rey frunció el ceño.

—No me gusta que me hables con términos raros. Si quieres que te pague bien de…

El grito fue repentino y murió en un instante.

El contrabandista contó las monedas y miró la jaula ensangrentada.

—¿No te dije que te iba a tratar a cuerpo de rey? —El mono, ocupado como estaba en devorar al soberano, ni siquiera respondió. El contrabandista se asomó por el torreón— ¿Qué vas a querer hoy de cenar: león o tigre?

El mono se hizo visible junto a él.

Miró hacia abajo y sonrió.

—Jirafa —masculló mientras seguía royendo un brazo casi descarnado.

El hombre asintió.

“Mientras no sea yo, que coma lo que apetezca”, pensó.

Pero el mono tenía una habilidad mayor que la de hacerse transparente.

Con el brazo del rey empujó por la espalda al contrabandista y lo vio caer allá abajo.

—Siempre he sabido lo que piensas, idiota.

Y volvió sobre sus pasos.

Hacia el vestíbulo.

Donde aún le esperaban los restos del soberano.

Antes tomó un busto del rey hecho de bronce.

Y con éste le rompió el cráneo.

Mientras metía su mano peluda en la masa encefálica, recordó lo que el monarca había pensado mientras acariciaba su rostro.

—El carnaval. Eso me gusta. Tantos platillos diferentes. Tantos sabores esperándome.

Esa sería su siguiente parada.

Un lugar lleno de carne por probar.

Y sin aguardar más tomó un pedazo de hueso del cráneo y lo metió en aquella masa blancuzca.

Luego, deleitándose de antemano, se la llevó a la boca.

“¿Por qué no me capturaron antes?”, inquirió para sí con los ojos cerrados.

Transparente de nuevo.

De nuevo sonriente.


Gabriel Trujillo Muñoz nació en Mexicali, Baja California, México, el 21 de julio de 1958. Es poeta, narrador y ensayista. Es profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC-Mexicali y uno de los editores de la Revista Universitaria de la Universidad Autónoma de Baja California. Ha publicado más de ciento treinta libros como autor y compilador. Una apretada síntesis permite citar, entre muchos otros, Miríada (cuentos, 1991), Laberinto (novela, 1995), Mezquite Road (novela, 1995), Conjurados (novela, 1999), Espantapájaros (novela, 1999), Trebejos (cuentos, 2001), Mercaderes (cuentos, 2002), Aires del verano en el parabrisas (cuentos, 2009), Trenes perdidos en la niebla (novela, 2010), Moriremos como soles (novela, 2011), Círculo de fuego (novela, 2014), Música para difuntos (novela, 2014) y Vecindad con el abismo (novela, 2015).

 

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