El asunto de la sobrevivencia conlleva características
que sobrepasan la simplicidad. Pablo Castillo y Sergio Molina solían socializar
a menudo por una amistad que los unía desde hacía muchos años y frecuentar
juntos ciertos grupos y actividades vespertinas, como el Rotary Club, el
círculo de Ejecutivos del Negocio del Transporte y los salones de algunas
Embajadas en la zona capitalina. A lo largo de los años, en dichas reuniones
casi arqueológicas, Sergio relataba una experiencia que por lo visto lo había dejado
marcado, traumatizado, pero que felizmente había sobrevivido para contarla, o
mejor, repetirla “entre comillas”.
Por lo general
le provocaba a compartirla la reacción de un "¡wuaauuhh!" en el grupo
a algo que se estaba narrando. Entonces arremetía Sergio con su historia
trágica de cuando acuatizó de emergencia (en otras palabras, se cayó o estrelló
contra el agua) su avión, uno de los viejos DC 6, cuatrimotores a hélice, en el
mar en la vecindad de Río de Janeiro a mediados de los años cincuenta, en un
viaje que realizaba desde Miami a Buenos Aires con escalas intermedias, una de
ellas en Río. Pero en cada relato cambiaban radicalmente las circunstancias,
aspectos críticos de la sobrevivencia, las maneras de cooperación y un largo
etcétera. Por ejemplo, la persona que estaba en el asiento de al lado, en
alguna de las versiones resultaba ser una mujer heroica que dio su vida por
salvar a otros, otras un hombre paranoicamente egoísta que solo se preocupó de
sí mismo en el accidente y se salvó pasando por encima de una anciana y
viceversa. En otras no moría dicha mujer por los actos sobrehumanos de Sergio,
aunque en muchas de las versiones solo estaba preocupado por sus pertenencias,
vestidos, la ubicación de la puerta de escape y el salvavidas. La actuación de
la tripulación se transformaba en diferentes ocasiones desde un actuar como
profesionales cooperando activamente en el salvataje de los pasajeros, a un
convertirse en individuos inmersos en un pánico total que en vez de ayudar
infundían ese pánico en las ya de por sí aterradas víctimas, obstaculizando con
su conducta los chances de actuar, adaptarse y afrontar debidamente la
situación para incrementar la posibilidad de sobrevivir a semejante accidente.
Para qué mencionar la mutación que sufrían los personajes en cuanto a su
personalidad, reacciones, profesiones, comentarios, aspectos corporales e
incluso lo que vestían los personajes involucrados en el accidente aéreo que en
las diferentes versiones de Sergio recorrían toda la gama de colores y modas,
sufriendo una constante actualización.
Comparando estas
versiones en cuanto al fatalismo en la anécdota se salvaron desde un cincuenta
por ciento en algunas a un diez por ciento de los pasajeros en otras, entre
ellos Sergio, que, en todo caso, tuvo suerte, supo utilizar su entrenamiento de
sobrevivencia recibido cuando hizo el Servicio Militar, y toda la ayuda que le
ofrecieron las personas y circunstancias, aunque ni esto quedaba del todo claro
en algunos de sus relatos. Lo cierto es que contaba a menudo la historia.
También la hora
del accidente variaba dado que a veces luchaba en su rescate con la oscuridad,
otras con una lluvia torrencial y un mar alborotado y otras con un sol
ofuscante en medio de un viento que le hacía pensar que era una más de las
gaviotas y otros pájaros hambrientos que los rodeaban.
Por lo general,
la audiencia escuchaba absorta ante la magnitud del hecho con limitada atención
a los detalles, pero algunos que la habían oído varias veces, se atrevían a
formular preguntas destacando ciertas inquietudes, diferencias o incongruencias.
—¿Cómo tuviste
tiempo para ponerte el sobretodo en medio del tumulto del impacto en el agua? —Y
allí cambiaba la estación al verano y atribuía el detalle a una confusión.
—¿Qué hizo la
mujer a tu lado para salvar a otros? —A lo que él respondía que no recordaba
los pormenores o a veces ponderaba la coincidencia de que se trataba de una
enfermera y utilizó sus conocimientos para aconsejar en el modo de respirar y
proteger la cabeza. En otras versiones su profesión cambiaba, tratándose de una
atleta, casi un fantasma y otras en un hombre egoísta.
Eso sí,
falseándose o no, Sergio siempre finalizaba la anécdota con la acotación de que
al salvarse en ese accidente increíble inició una segunda vida.
Pablo escuchó a Sergio contar esta historia una treintena de veces convirtiéndose en un testigo confundido de los cambios fundamentales y adaptaciones de la anécdota a lo largo de la vida, de manera que empezó a dudar de su realidad, a atribuirla al efecto enfermizo de un sueño impactante, la trágica enfermedad de la erosión de los recuerdos, aunque nunca se cuestionó de que algo serio había pasado en el mar al frente de Río de Janeiro. Se convenció de que Sergio había sobrevivido gracias a su imperiosa reinvención y un sinnúmero de misteriosas circunstancias, sin otra explicación o cura posible. Pablo pudo apreciar a lo largo de sus ahora noventa primaveras, que este fenómeno fatal sucede más frecuentemente de lo que creemos.
Luis Alberto Ambroggio (Córboba, Argentina: 1945), escritor de renombre
internacional, poeta, ensayista, clasificado por la Casa de América como un “representante
destacado en la vanguardia de la poesía hispanoamericana en los Estados
Unidos". Miembro de la Real Academia Española, la Academia
Norteamericana de la Lengua Española, PEN. Premios de TVE, Simón Bolívar, Fullbright-Hays y otros reconocimientos,
con más de treinta libros publicados, entre ellos: Hombre del aire (1992),
Oda ensimismada (1992), Poemas desterrados (1995), Los habitantes del poeta
(1997), Por si amanece: cantos de Guerra (1997), El testigo se desnuda (2002),
Laberintos de Humo (2005), Los tres esposos de la noche (2005), La desnudez del
asombro (2009, La arqueología del
viento (2011, ganador del 2013 International Latino Book Award), Cuentos de viaje para siete cuerdas
y otras metafísicas (2013),
Todos somos Whitman/We are all Whitman (2016), Principios
Póstumos (2018), Cantos al encuentro (2020), César
Vallejo, genio entre los genios (2020) y Escuchando los latidos
(2022). Sus textos aparecen en Revistas, Suplementos Culturales, Antologías y
Textos de Literatura.
